HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


jueves, 15 de agosto de 2013

EL PRIMERO QUE ESCAPÓ DE LA OPRESIÓN DE LA BERLÍN COMUNISTA

El 15 de agosto de 1961, el soldado alemán Hans Conrad Schumann fue el primero en escapar cuando se estaba creando el Muro de Berlín, protagonizando un salto hacia la libertad cuya foto dio la vuelta al mundo.

Hans Conrad Schumann con 19 años,
escapa hacia Berlín Occidental ante la
mirada atónita de todos.
Schumann, con 19 años, fue el primer desertor de la República Democrática Alemana (RDA) una vez empezada la construcción del Muro de Berlín. Su fuga es, además, una de las más conocidas.

Es el tercer día de la construcción del infame Muro de Berlín, una valla de alambre de púas comienza a dividir Berlín, simultáneamente, con ladrillos y cemento se empieza a alzar la pared.

La primera fuga de Berlín está filmada, se observa un policía de la Alemania del Este que vigila la alambrada recién levantada y que separa las dos Alemanias, germen del futuro Muro de Berlín. Al fondo un grupo de ciudadanos parece charlar ajeno a la inquietud de la autoridad. Militares comunistas vigilan también la alambrada. De la parte occidental, el fotógrafo Peter Leibing se encuentra documentando la construcción del muro y capta el momento de ‘calma tensa’ que sugiere la pose del soldado, pero nunca podría sospechar que iba a fotografiar la fuga del primer soldado de la Alemania comunista, Conrad Schumann.

El soldado Schumann, segundos
antes de escapar hacia la libertad.
En esa fase inicial de construcción el muro consistía únicamente de una valla de alambre de púas. Mientras la gente de la parte occidental gritaba a los de la parte Oriental Komm rüber! ("ven aquí"), Schumann, era soldado de la Alemania oriental, se acercó disimuladamente a la valla, miró a un lado y a otro, era en ese momento o nunca más. Se dispuso huir hacia la otra Alemania porque no quería pasar el resto de sus días encerrado entre alambradas de púas. Saltó la alambrada ante la sorpresa de los fotógrafos y camarógrafos que filmaban en la zona, arrojó su fusil y corrió hacia un vehículo que lo estaba esperando. La foto quedara siempre en los anales de la historia mundial.

Mapa de la ciudad de Berlín y los sectores
en que fue dividida durante la Guerra Fría.
Pocas semanas después, el muro se extendía a lo largo de 45 kilómetros que dividían la ciudad de Berlín en dos y 115 kilómetros que separaban a la parte occidental de la ciudad del territorio de la RDA. Fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fría y de la separación de Alemania.

Durante la existencia del Muro se contabilizaron unas 5.000 fugas exitosas hacia Berlín Occidental; con unas 200 que resultaron gravemente heridas. Muchas personas murieron en el intento de superar la dura vigilancia de los guardias fronterizos de la RDA cuando se dirigían al sector occidental. El número exacto de víctimas está sujeto a disputas y no se conoce con seguridad. La Fiscalía de Berlín considera que el saldo total de muertes es de 270 personas (la mayoría asesinadas por disparos al intentar cruzar), incluyendo 33 que fallecieron como consecuencia de la detonación de minas.

Intentos exitosos de escape incluyeron la fuga de 57 personas, quienes huyeron a través de un túnel de 145 m de longitud cavado por los berlineses occidentales, en los días 3, 4 y 5 de octubre de 1964.

Un símbolo de todos los que quieren ser libres
Hans Conrad Schumann nació el 28 de marzo de 1942 en Leutewitzh, cerca de Riesa y murió en 20 de junio de 1998 en Oberemmendorf, cerca de Kipfenberg) fue el primer desertor de la República Democrática Alemana (RDA) una vez empezada la construcción del Muro de Berlín. Su fuga es, además, una de las más conocidas.

Berlineses huyen hacia Occidente en el
momento en que se enteran que la línea
divisoria del Muro de Berlín pasará por
delante de sus casas.
Schumann creció en una Alemania ocupada por ejércitos invasores, en su sector estaban los soviéticos, sirvió como soldado en el Nationale Volksarmee (en alemán, Ejército Popular Nacional). Después de tres meses de entrenamiento en Dresde, fue destinado a una academia de suboficiales en Postdam, tras lo cual sirvió como voluntario en Berlín Oriental.

El 15 de agosto de 1961, con 19 años, estaba como centinela en el Muro de Berlín, el cual se encontraba en su tercer día de construcción, en el cruce de Ruppinerstraße con Bernauerstraße. En esta etapa, el Muro no era más que una pequeña valla alambrada con púas. Lo pensó mucho, sabía que si no escapaba en ese momento, que estaba a metros del lado occidental, nunca lo haría. Él no quería pasar el resto de sus días rodeado de vallas y alambradas. Aprovechando su oportunidad, Schumann saltó la alambrada, tras lo cual fue alejado a toda velocidad en un coche de policía de la República Federal Alemana (RFA). Su huida fue capturada por el fotógrafo alemán Peter Leibing, y la imagen se convirtió en una de las más famosas de la Guerra Fría.

Conrad Schumann da el salto
que se convertirá en un icono
mundial de la libertad
ante la opresión.
Leibing era un fotógrafo de la agencia Contiepress de Hamburgo y, no se sabe muy bien cómo, le habían informado que una persona de la RDA podría saltar la alambrada justo el tercer día de su construcción. Y, claro, frente a tal primicia, Peter Leibing estuvo apostado allí hasta que eso sucedió. Y ¡click!

El resultado fue una fotografía que se convirtió rápidamente en un icono de la Guerra Fría y, evidentemente, además de recibir algún que otro premio, llegó a ser un elemento de marketing que el capitalismo ha utilizado hasta la saciedad para demostrar sus valores. Pero la foto tiene gran valor porque simboliza toda lucha contra un régimen opresivo.

Hans Conrad Schumann vivió el resto de su vida como un hombre común. Siempre tenía el temor que la Stasi, la temible organización de inteligencia o Ministerio para la Seguridad del Estado (en alemán Ministerium für Staatssicherheit), lo llegara a secuestrar y llevarlo a Alemania del Este para torturarlo y encerrarlo de por vida. Creada en 1950, centraba sus operaciones en la capital, Berlín Oriental, donde tenía un extenso complejo en Lichtenberg y otros menores dispersos por la ciudad. La Stasi fue reconocida en general como uno de los servicios de inteligencia más efectivos del mundo. La colaboración entre la Stasi y la KGB soviética fue muy estrecha. Fue disuelta en 1989 con la caída del Muro.

Escudo de la Stasi, el
Servicio de Inteligencia
de Alemania Oriental.
De hecho, llegó a declarar que “… solo desde el 9 de noviembre de 1989 me he sentido realmente libre…” en relación al día de la caída del Muro, que marcó el fin del despótico régimen de la República Democrática Alemana.

Su imagen ha dado la vuelta al mundo mil veces. Y sigue. Sin duda, es una de esas fotos que nunca perderán vigencia, que aparecerá en los libros de texto de los estudiantes por siempre. Es como aquella fotografía de 1994 del niño sudanés que está literalmente muerto de hambre y el buitre está esperando a pocos metros, es como aquella foto de 1989 de aquel señor chino que se puso frente a una fila de tanques en los días de protesta de la Plaza Tiananmen, es como aquella foto de 1936 de Robert Capa en que se ve el momento exacto de la muerte de un soldado  en la Guerra Civil Española y es como otras tantas fotografías más que han venido escribiendo nuestra historia. Al menos, la historia oficial que nos cuentan los que ganan las guerras.

Monumento en Berlín recordando
a Conrad Schumann y su salto
hacia la libertad.
Sea como fuere, incluso hoy se pueden encontrar camisetas con la silueta de Hans Conrad Schumann saltando la alambrada, pinturas en las calles y, evidentemente, hasta una escultura llamada Mauerspringer -que viene a ser algo así como “saltador del muro”- en la calle Bernauer de Berlín. Y es que, de hecho, el salto de Hans Conrad Schumann fue en esa calle en la unión con Rupiner.

Respecto a Schumann, luego de su fuga se le permitió viajar desde Berlín Occidental al resto del territorio de la Alemania Occidental, donde se estableció en Baviera. Conoció a su esposa Kunigunde en la ciudad de Günzburg.

Schumann admitió que había caído en el alcohol durante una decena de años. Había trabajado como enfermero, como albañil y como obrero. Desde hacía 20 años trabajaba en la fábrica Audi en Ingolstadt.

El salto hacia la libertad
Después de la condena, a seis años de cárcel, de Egon Krenz, el último jefe de la Alemania comunista, juzgado como corresponsable de los asesinatos del Muro, Schumann concedió una entrevista al diario Corriere della Sera. Su recuerdo de aquel mes de agosto se mantenía aún nítido y emocionado. Los fotogramas de su carrera de 100 metros permanecían indelebles en su memoria. Hablaba de aquel momento como «un sueño» y revivía «la angustia, la mente en blanco, obsesionada con un sólo pensamiento, no morir allí, corriendo». Recordaba las caras de incredulidad de sus compañeros y de los espectadores del lado occidental, las lágrimas de la llegada y las palmadas en la espalda de los militares americanos.

Schumann jamás se arrepintió
de su salto, dijo cuando cayó
el Muro de Berlín: "Todavía
estoy orgulloso de lo que hice".
Jamás, ni siquiera en los momentos más difíciles de su vida en el Oeste, Schumann se había arrepentido de su opción. “Todavía estoy orgulloso de lo que hice”, decía en aquella entrevista. “No tenía otra posibilidad, aunque es verdad que corrí un gran peligro y rompí todos los puentes con mi pasado. Perdí a mi familia, a mis amigos, el trabajo, todo». Schumann resistió incluso muchas presiones que le habían hecho para que volviese. Resistió sobre todo a las cartas de sus padres, que le imploraban que regresase. «Hice bien. En aquel momento no lo sabía, pero después de la reunificación descubrí que aquellas cartas las escribían al dictado de la Stasi». Sólo volvió al Este, a su Sajonia, en 1989. «Al volver descubrí que mi gesto nunca fue aprobado por algunos. Hay todavía parientes y viejos amigos que no me quieren hablar”.

Conrad Schumann tenía la foto que lo hizo entrar en los libros de historia colgada en una pared del comedor, al lado de otra en compañía de Ronald y Nancy Reagan. Pero en 1998 apareció ahorcado de un árbol. Unos dicen que se suicidó y otros que fue “suicidado” por haberse convertido en un símbolo mundial de la libertad.

La foto de su deserción mereció el premio a la mejor fotografía de 1961 del Overseas Press Club y dio la vuelta al mundo. Para muchos, es el salto a la libertad más famoso de la historia.

Un Muro que no pudo contener el deseo de libertad
El desaparecido Muro de Berlín (en alemán Berliner Mauer), denominado oficialmente «Muro de Protección Antifascista» (Antifaschistischer Schutzwall) por la socialista República Democrática Alemana – RDA (Deutsche Demokratische Republik – DDR) también fue apodado «Muro de la vergüenza» (Schandmauer) por parte de la opinión pública occidental. Fue parte de las fronteras interalemanas desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989 y separó a la República Federal Alemana de la Alemania Oriental.

Un sector del Muro de Berlín en 1986.
El bloque oriental dominado por los soviéticos hizo construir el muro para impedir la emigración masiva que marcó a Alemania del Este y al bloque comunista durante el período posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Entre 1949 y 1961, unos 3 millones de personas abandonaron la RDA desde Berlín Oriental. Sólo en las dos primeras semanas de agosto de 1961 emigraron 47.533 personas. Además, para muchos polacos y checos, Berlín Occidental se convirtió en la puerta hacia occidente. A menudo se trataba de jóvenes bien formados, lo que constituía una amenaza a la economía de la RDA, además, antes del Muro, aproximadamente 50.000 trabajadores de Berlín Oriental trabajaban y vivían en Berlín Oeste, pero se aprovechaban de las condiciones financieras favorables de Berlín Este, siendo conocidos como Grenzgänger.

El comunista Walter Ulbricht,
Presidente del Consejo de
Estado de Alemania Oriental, fue
el primero en utilizar la palabra
"Muro" negando que existiera un
proyecto para hacerlo.
El muro debía servir a los gobernantes del Bloque del Este como una forma de detener la evasión de los trabajadores y campesinos socialistas mediante el aislamiento. El plan de la construcción del Muro de Berlín fue un secreto de estado de la administración de la RDA. Incluso el 15 de junio de 1961, fue negado públicamente el plan, cuando el Presidente del Consejo de Estado (Staatsratsvorsitzender) Walter Ulbricht, en una conferencia de prensa internacional que tuvo lugar en Berlín Oriental había contestado a una pregunta de un proyecto para hacer una “barrera” divisoria, de la periodista Annamarie Doherr contestó fatidiado: “¡Nadie tiene la intención de erigir un muro!”.

Ulbricht fue, de esa forma, el primero en emplear el concepto «muro», dos meses antes de que se construyese. De hecho, los aliados occidentales fueron sorprendidos por el calendario y la amplitud de las barreras. El acceso directo a Berlín Oeste no se cortó, ni fue interrumpido militarmente.

La puerta de Brandeburgo en 1987,
vista desde el lado occidental.
El Servicio Secreto de la RFA por sus siglas (BND) en los primeros días de agosto se enteró que Nikita Jrushchov, desde Moscú ordenaba poner en vigor medidas rigurosas de bloqueo. En particular el bloqueo de la frontera de Berlín con la interrupción del tráfico de metros y tranvías entre Berlín Este y Berlín Oeste.

En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, sin previo aviso se construyó el muro entero, simplemente quedo sin construir el 13 de agosto una pequeña parte fuertemente vigilada por la policía socialista. Empezaron a sellar los accesos a Berlín Oeste soldados del Ejército Nacional Popular, 5000 miembros de la policía fronteriza Alemana (precursora de las Tropas Fronterizas) (Grenztruppen), 5.000 miembros de la Policía Popular y 4500 miembros de las brigadas. Tropas soviéticas se apostaron listas para el posible combate en la frontera aliada. Todos los medios de transporte que aún comunicaban ambos Berlines fueron detenidos. Sin embargo, las líneas del tren municipal elevado (S-Bahn) y subterráneo (U-Bahn) de Berlín Occidental que circulaban bajo Berlín Este siguieron funcionando sin detenerse en las estaciones orientales, que quedaron como estaciones fantasmas. Solo una de las líneas afectadas de la estación (calle) Friedrichstraße permaneció en servicio, aunque bajo estrictos controles.

Cruces recordando a los que murieron
intentando cruzar el Muro de Berlín.
Erich Honecker, como exsecretario del Comité Central, fue responsable de la planificación y realización del muro en nombre de la dirección del SED. Hasta septiembre de 1961 desertaron 85 hombres de las fuerzas de vigilancia (Grenztruppen), además de 400 civiles en 216 escapadas. Seguramente, todos inspirados en la exitosa fuga de Conrad.

El 16 de agosto de 1961 el alcalde de Berlín Willy Brandt convocó una manifestación de oposición al Muro que reunió a 300.000 berlineses occidentales junto al Ayuntamiento.

Soldados de Alemania Oriental levantando
el Muro de Berlín en agosto de 1961.
La tensión iba en aumento mientras el muro se alzaba cada vez más alto, el 27 de octubre de 1961 se produjo una confrontación directa y peligrosa entre tropas soviéticas y estadounidenses en el Checkpoint Charlie de la Friedrichstraße, formando diez carros de combate de cada bando junto a la línea fronteriza. Al día siguiente, ambas tropas de carros de combate fueron retiradas. Ambos bandos temían que el conflicto de Berlín acabase en una guerra atómica.

Desde el 1 de junio de 1962, no se pudo entrar a la RDA desde Berlín Oeste. Tras largas negociaciones, un acuerdo de 1963 permitió que más de cien mil berlineses del oeste visitaran a sus parientes del lado este por el fin de año.

Berlineses occidentales dan
mazazos en el Muro ante la
mirada azorada de los guardias
fronterizos comunistas.
El muro tenía una longitud de más de 120 km. La construcción inicial fue mejorada regularmente. El «Muro de la cuarta generación», que empezó a construirse en 1975, era de hormigón armado, tenía una altura de 3,6 m y estaba formado por 45.000 secciones independientes de 1,5 m de longitud. Su coste fue de 16.155.000 marcos de la Alemania Oriental. Además, la frontera estaba protegida por una valla de tela metálica, cables de alarma, trincheras para evitar el paso de vehículos, una cerca de alambre de púas, más de 300 torres de vigilancia y treinta búnkers.

El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves, 9 de noviembre de 1989, al viernes, 10 de noviembre del mismo año, 28 años después de su construcción. Decenas de miles de alemanes orientales desafiando las armas de los guardias se acercaron al Muro. Ante tantas personas, los guardias comunistas fronterizos no se atrevieron a disparar y a los gritos exigieron pasar al otro lado. Luego de horas de tensión, donde centenares de berlineses occidentales también se hacían notar con gritos y martillazos en las paredes, finalmente bajo la presión de la gente, que traía picos, martillos, etc., a las 23 horas del 9 de noviembre se abrió el primer punto de acceso permitiendo el paso.

Un mural en los restos actuales del Muro
recuerda el escape de Conrad Schumann.
Los ciudadanos de la RDA fueron recibidos con entusiasmo por la población de Berlín Oeste. La mayoría de los bares cercanos al muro daban cerveza gratis y los desconocidos se abrazaban entre sí y lloraban. Cuando se conoció la noticia de la apertura del muro, se interrumpió la sesión vespertina del Parlamento en Bonn y los diputados entonaron espontáneamente el Himno de Alemania.

En esos días, muchos recordarían al primero que se atrevió a desafiar el Muro en 1961. De lo que no cabe ninguna duda es que el soldado Schumann será siempre un símbolo contra la opresión. Un hombre normal, se convirtió en un monumento de la libertad sin jamás pretender serlo. La histórica foto pone de manifiesto que por muchas alambradas o muros que se hagan tratando de coartar nuestra libertad serán intentos fallidos, por lo que es absurdo obligar a nadie a pensar o a actuar de una determinada manera. Solo supondrá una fuente de conflictos y de sufrimiento porque la humanidad nació para ser libre.

Por Alberto Seoane

Vea la filmación de la fuga de Conrad Schumann aquí:

Conrad Schumann - Berlin Wall

Conrad Schumann


1 comentario:

  1. Y COMO DIJO EL PEDANTE Y ARROGANTE CRIMINAL GEORGE PATTON : " ... NOS EQUIVOCAMOS DE ENEMIGO ..."
    TARDE SE DIERON CUENTA.

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